Villa Gobernador Gálvez tiene ese no se que, eso que internamente lleva tanto a quererla como a no reconocerla. Nosotros vamos a ir descubriendo que tiene mucho más para aferrarse a ella que para dejarla sola.
En un mundo lleno de historias que se transmitieron de generación en generación, vamos a encontrar no sólo gran parte de nuestra identidad, sino también de nuestro orgullo de ser villagalvenses y escapar de la idea de mostrarnos como rosarinos cuando recorremos el país.
La ciudad que fue forjándose así misma con el correr del tiempo, que se fue levantando con el poder obrero, de aquellos inmigrantes o de los que desde Corrientes, Chaco, Entre Ríos y otras provincias vinieron a construir una nueva localidad en la que se fortalecerían las tradiciones, engordando un cimiento que es muy fuerte, y que podría sostener todas sus generaciones futuras, si fuéramos más comprensivos con ella.
La otra VGG, la verdadera, la de la gente de trabajo, la que sueña con darle a su familia, nada más y nada menos que futuro. Pero no todo termina ahí, si que tenemos la suerte de mucha gente que aunque no tenga mucho, esté dispuesto a compartir lo poco que tiene o lo que ya ni tiene para ser solidario con el vecino, con la vecina y fortalecen ese vínculo desde el compromiso social.
Todos sabemos y no podemos hacernos los desentendidos, que hay quienes cocinan, no solo para su familia, sino para muchas más que lo necesitan. Que hay quienes compartes cultura desde los espacios humildes que van creando, con el único objetivo de generar oportunidades. Que muchos de nosotros sin ni siquiera ser hábiles en un deporte, contenemos a miles de chicos y chicas, enseñando valores. Vamos entre todos dándole valor a la vida del otro, ofreciendo sin intereses la nuestra. De eso hablamos cuando hablamos de La Otra VGG, la verdadera.
Seguro que no conocen la ciudad quienes hablan de que somos una comunidad distinta, la que muestran los medios de comunicación, la que no nos representa. Si paráramos la pelota un minuto, y escuchamos que nuestros abuelos construyeron las escuelas en las que nos educamos, que nuestros amigos abrieron un centro cultural donde aprendí a tocar la guitarra o solo a compartir, que nuestros vecinos me ayudaron cuando no podíamos solos, que jugué, soñé y pase todos los días con amigos en el club, en ese que personas solidarias decidieron construir.
Cuanto podemos contar de Villa Gobernador Gálvez y sentirnos orgullosos de ello, porque somos una gran ciudad, con grandes personas y eso nos hace una gran sociedad, y no la que otros creen conocer, o desconocer.
La Otra VGG, es un espacio en el que vamos a mostrar a nuestra comunidad, esa que hasta muchos de nosotros los villagalveneses negamos o desconocemos, pero la que somos realmente. Y de esta manera vamos a llevar a la luz esa ciudad que mantenemos oculta.